Lumila, Dani y César se encuentran al interior de un departamento, en el tercer piso de un viejo y céntrico edificio habitacional. Incluso aquí arriba llega el ruido del distribuidor vial en deprimido, que pasa junto al edificio.
Dani se ve temporalmente transportada por el ruido constante de los vehículos que transitan en este concurrido viaducto, no se necesita mucha imaginación para comparar ese ruido con el romper de las olas del mar, y la luz crepuscular, de ese instante, apuntala la sensación de paz que éste transmite.
Ahora es el turno de César de estar al interior del consultorio. Un sillón reclinable, herramientas láser y una conexión ilegal a la base de datos tributaria, es lo que Wat necesita para alterar ambos iris de los ojos, huella digitales y dotar a sus "clientes" de nuevas identidades con todo y tatuaje interactivo e implantes ópticos funcionales, que nadie será capaz de rastrear.
A César le causa un conflicto de emociones el estar en esta habitación que luce como salida de una película de los años cuarentas pero que, al mismo tiempo, está dotada de tecnología más avanzada que aquella de su mundo de origen.
Impresión instantánea en los iris de los ojos, así como en sus diez huellas digitales, es lo que hizo un técnico recibiendo indicaciones de Wat. César se imaginó que iba a ser una intervención, en los ojos, con varias horas de reposo necesarias; pero no fue así.
El grabado de su tatuaje interactivo, ese sí requirió de más tiempo de dedicación ya que, no solo había que crear el patrón de proteínas para darle forma a la computadora, "el tatuaje", sino que había que regresar a uno de los ojos y hacer ahí lo mismo, para dotarlo a César de la muy útil interfaz del llamado implante óptico.
Mientras este procedimiento era aplicado a su cuerpo César se sentía orgulloso de saber sobre todo lo que era realizado, creado e implantado. En la vieja Tierra él leía todo sobre los últimos avances de tecnología, como sobre la nanotecnología.
Wat está concentrado observando en la pantalla de un equipo la imagen ampliada, en tiempo real, del iris del ojo izquierdo de César, corre diagnósticos y ejecuta pruebas, ¡que César puede experimentar!
César se maravilla ante esta expansión tecnológica de su mente. En su mente ve proyectadas imágenes varias de consultas al internet, accesos a redes de comunicación, mapas, una melodía, "¿escuchar a través del ojo? ¿cómo se comunica el implante óptico con los nervios auditivos?" Se pregunta él mentalmente.
"¡Listo! La intervención ha concluido". Wat dice en voz alta tras mostrarse satisfecho con los diagnósticos ejecutados.
"Gracias Medio por tu valiosa intervención".
Medio, el técnico médico de Wat ya se encuentra recogiendo sus instrumentos y herramientas láser varias.
"De nada Wat, me retiro por el día de hoy".
"Sí, está bien. Que descanses".
Y ahora Wat se dirige a César:
"Tienes que llevar gafas oscuras por todo un día y, no expongas tu ojo izquierdo a luces intensas tampoco".
"Gracias Wat".
Habiendo visto salir a Medio de la habitación donde se realizó la operación, Dani y Lumila se aproximan a la puerta, sin entrar. Wat nota su presencia.
"Dani, Lumila, ya pueden entrar. Y... felicidades a los tres, sus nuevas personalidades fiscal y digitales son... auténticas. Medio trabaja en el sistema de administración tributaria y, ahora ustedes son contribuyentes como cualquier otro".
Dani corre a darle un abrazo a César; Lumila permanece impasible, pero por dentro siente, repentinamente, ira hacia Dani al verla abrazándolo.
***
"Estos tipos ¡no han sido rastreados en semanas!" Piensa Magno Jagger mientras camina por las calles del centro.
"Las tarjetas de prepago solo permiten un consume limitado, ¡no pueden estar viviendo así! Al menos que, hayan sido tomados bajo la protección de los rebeldes, quienes sin duda.. ya los dotaron de nuevas identidades.."
Inferir esto le causa ira momentáneamente y aplasta de un pisotón una babosa que, confiada, picaba basura a unos pasos enfrente de él.
"Muy listos ¿verdad? Bueno, infiltraré a los rebeldes.
***
César, Dani y Lumila fueron de inmediato iniciados en las reuniones de resistencia, encabezadas por Wat. Una veintena de personas se reunieron hoy en una gran bodega de calzado de obrero y de la construcción, en una zona industrial, próxima al mercado Casablanca, en el vecindario del mismo nombre.
Para la hora de sus reuniones aprovechan el cambio de turno en la tarde, para así esconder y justificar el movimiento de decenas de personas.
Wat está escuchando sobre los últimos actos de sabotaje efectuados por su gente.
"Puse un algoritmo oculto que imposibilita se detecten impurezas en los chips de silicio. Cientas de miles de computadoras que los espaciales usen tendrán errores de cómputo".
"Muy bien Leert".
"Wat, yo desde un puerto de acceso público lanzé un ataque DoS, negación de servicio, al portal del sistema de administración tributaria".
"Ja, ja, eso estuvo muy bueno".
"El mío, mi acto de sabotaje estuvo ¡mucho mejor!"
"¿Sí Karai? cuentanos ¿qué hiciste?"
"En la madrugada de ayer trepé a la azotea del palacio delegacional en Jahred y vacié mi mochila que la tenía llena de migajas de pan".
"¿Y eso para qué jodidos sirve?"
La interrumpe Ibtin, poniéndose de pie y haciendo gestos que desprecian el acto de Karai. Pero Wat interviene.
"Por favor Ibtin, deja que Karai termine de hablarnos sobre su acto de sabotaje.
"Gracias Wat, hay hombres que solo tienen fuerza bruta y nada de cerebro..."
Y ella mira fijamente, con hielo en sus ojos, a Ibtin
"¡Hoy en la mañana nadie podía entrar al palacio delegacional sin ser atacado ni cagado por las cientas de babosas que volaron a la azotea a comerse las migajas de pan!".
Y en este punto, los presentes estallan en carcajadas y le aplauden. El rostro de Karai ahora parece el de una niña traviesa.
Ibtin se pone de pie y camina hacia ella.
"Discúlpame, a veces soy un idiota engreído. Eso que hiciste fue muy creativo".
Karai, quien es prácticamente una niña, tiene que levantar mucho la mirada para verlo al rostro a Ibtin, un curtido veterano del servicio militar espacial de la compañía, pero originario del mundo.
"Está bien Ibtin, no te preocupes".
Karai regresa a su silla y Wat levanta la mano, todos entienden que les está solicitando que se calmen tras el alboroto que Karai desató con su particular acto de sabotaje.
"Bien, bien. Miren, una ocupación masiva, como la que los espaciales llevan a cabo contra nosotros, no se puede combatir frente a frente, en una lucha de iguales.
Porque ellos tienen gran cantidad de recursos y materiales a su disposición.
Pero, sí podemos darles pequeños golpes en su infraestructura, en su logística y operaciones, interrumpir sus actividades, con tal de que su ocupación y explotación del planeta les resulte onerosa, y no solo en lo económico y material, sino en gente también...
Con tal de hacerlos que examinen si lo invertido y perdido en costos es superado por los beneficios obtenidos.
Gracias amigos".
La gente se pone de pie y se dirigen a una mesa que Wat puso con galletas y crafté. Pero Ibtin camina de prisa hacia la puerta y desde ahí se dirige a todos.
"Ya saben, como siempre, a intervalos de tiempo, uno por uno, o en parejas, salgan para no causar una sospechosa multitud".
César se lo queda viendo mientras bebe de un vaso de unicel el delicioso crafté que Karai se dedica a servirles a todos.
"¿Y bien, qué les pareció la reunión?" Wat les pregunta a César, Dani y Lumila, quienes ya se habían acercado a la mesa también.
"¡Muy interesante!" Le responde Dani, mientras la grandota Lumila solo se lo queda viendo. César se recarga contra la mesa, sin sentarse completamente en ella, y se dirige a Wat:
"Wat, pienso que, estos actos de sabotaje, y de asesinatos también, según interpreto por lo que mencionaste hacia el final de tu discurso, jamás van a pasar de actos violentos de parte de terroristas, así los va a presentar siempre la administración espacial en los medios.
Ustedes necesitan batirrse en guerras de información por la mente de los habitantes del mundo. Infowars...
Hay que comunicar masivamente a la gente la realidad de lo que está sucediendo: la emergencia climática debida a la explotación del medio ambiente por parte de los espaciales".
"¿Y qué propones para poder llevar eso a cabo?"
"Hay muchas maneras de hacerlo Wat. Por ejemplo una forma de ellas: en una fila en el súper, si vemos que la persona delante de nosotros lleva botellas de agua podemos hacerle un comentario sobre que la empresa embotelladora tiene permiso de la administración títere del mundo para explotar y agotar los mantos freáticos y vendernos a precio elevado lo que debería ser un derecho humano elemental: el acceso al agua".
"¿También hacen eso los espaciales, César?"
"¡Sí! todos en la reunión traían su botella de agua y, no he visto ni un solo bebedero en toda la Ciudad Capital. Es obvio que es uno de los tantos lucrativos negocios de los espaciales."
Dani los interrumpe.
"Será mejor que Lumila y yo nos vayamos adelantando".
"Está bien Dani, vayanse con cuidado". César le contesta.
"Wat, hay que usar, también, las propias herramientas de los espaciales contra ellos".
"¿Cómo a que te refieres?"
"¡Pues a los implantes ópticos, los tatuajes interactivos y la red!"
"No veo como podemos usar esas herramientas en nuestra resistencia contra los espaciales".
"¿Sabes contar chistes? Esa es, el chiste, una forma de propagación de información llamada meme. Por lo tanto, información relevante a la lucha de resistencia puede ser distribuida en forma de panfletos digitales, boletines FTP, correos electrónicos. Y así creamos redes sociales, donde cada nodo se convierte a su vez en un hub, punto de distribución".
***
Un hombre salvajemente golpeado es tirado en la avenida Midan, desde una camioneta de carga. Es la hora pico de la mañana y, toda una multitud contempla el incidente.
El hombre no deja de repetir:
"Están saqueando los recursos, están saqueando los recursos..."
La multitud se arremolina en torno de él. Una joven, aguerrida de carácter se abre paso entre la multitud y, se conmueve de ver a este hombre mayor, rubio y con apariencia de intelectual, molido a golpes en el pavimento.
Ella se hinca junto a él y le toma la mano. El hombre sumamente débil repite:
"Saqueando, saqueando".
Karai, la joven, se comunica con Wat, y en voz alta le dice, una vez que ha establecido la llamada en su tatuaje interactivo:
"¡Wat! estoy junto a un hombre que ha sido abandonado en la calle y a quien han golpeado salvajemente, este no deja de repetir algo referente respecto al saqueo de los recursos del mundo.
Sí Wat, ¡ajá!".
La joven asiente a las indicaciones que Wat le da. El hombre golpeado, Magno Jagger, sonríe y se congratula por su rápido éxito, en haber contactado a un grupo de la resistencia.