Apéndice 1 Relación de los fenómenos de El Escorial con el fenómeno
ovni Como hemos visto, la manera de presentarse lo que se manifiesta
en El Escorial no es lo que se podría esperar de un Dios omnipotente
*. Es decir, no es algo que sucede «gloriosa y repentinamente»,
sencillamente «porque sí,), doblegando todas las leyes de la
naturaleza que haga falta doblegar. Nada de eso. En las apariciones se
echa de ver que entran en juego muchas leyes físicas y químicas que
de ninguna manera se rompen, sino que por el contrario se cumplen y
están muy presentes. O, dicho en otras palabras, se echan de ver
ciertos mecanismos físicos y hasta ciertas torpezas que no deberían
estar presentes si en realidad fuese Dios en su omnipotencia el que
actuase. En muchas de las apariciones más famosas de los últimos
tiempos, es frecuente que los videntes digan que cuando «la Virgen»
llega o cuando se va se oyen «silbidos», «pequeñas explosiones»,
«cohetes», «zumbidos», «chisporroteos», etc. Esto es algo que
entronca directamente al fenómeno de las apariciones con el fenómeno
ovni. En éste, tales ruidos son más o menos lógicos y aceptables
mientras que en las místicas apariciones son más difíciles de
explicar. Es cierto que las explosiones y los ruidos en las
apariciones suceden con más discreción mientras que en el fenómeno
ovni a veces son bárbaramente estruendosas, apareciendo o
desapareciendo inmediatamente después de ellas el ovni. (Sin embargo
la explosión que se oyó en El Escorial para ahuyentar a los que
estaban golpeando a la vidente fue tan poderosa que derribó un sólido
muro de piedra). *Para no complicar las cosas, hago uso de la idea
tradicional de Dios aunque discrepo totalmente de cómo esa idea nos ha
sido inculcada. Las fuertes explosiones a que me referí en párrafos
anteriores no son debidas a ninguna ruptura de la barrera del sonido,
sino que a lo que parece, se producen cuando el ovni «entra» en
nuestra dimensión o sale de ella. Y lo que es casi común en los
avistamientos de ovni s y ha sido testimoniado por cientos de testigos
son los penetrantes zumbidos que a veces se hacen intolerables para
los oídos y resultan casi enloquecedores. Pues bien, en las dos
apariciones más famosas de la cristiandad en los últimos tiempos,
Lucía la vidente de Fátima decía que cuando la Virgen se iba, ella
oía como si estallasen unos «lejanos cohetes» y Bernardette
Soubirous la, vidente de Lourdes dijo que había oído como.«un
soplo» o un «ruido suave>;. Unido al fenómeno de los extraños
ruidos que se han percibido en las apariciones, está la forma de
presentarse o de hacerse visible. Las pequeñas «nubes» que los
videntes suelen distinguir (<<la Virgen venía dentro de una
pequeña nube»; «de repente se abrió una nube»; «había como un
vapor y de él se formó la imagen»; «veía primero como un velo»,
etc.), nos llevan también a entroncar el fenómeno ovni con el
fenómeno de las apariciones. Los que conocen un poco el fenómeno ovni
saben muy bien que en éste las nubes juegan un importante papel, al
igual que en la antigüedad lo jugaron en la manifestación de los
dioses. Hornero cuando se refería a Júpiter, frecuentemente lo
designaba como «el que 66amontona las nubes»; y Yahvé escogió una
de ellas (o algo que se le parecía) como su vehículo ordinario.
Nubes, ovnis y dioses han ido siempre cogidos <le la mano. El
lector menos conocedor del fenómeno ovni deben a saber que ha habido
casos [y de ello hay fotografías muy claras como las tomadas en Fort
Belvoir (EE.UU.)] en que un ovni empezó a emitir en torno a sí una
especie de vapor que hizo que al cabo de pocos minutos lo que se había
visto como un objeto sólido, brillante y con movimientos
independientes, apareciese en medio del cielo como una nube más. Y
deberá saber también cómo de una nube estacionaria se han visto
salir en sucesión varios ovnis, que no habían entrado en ella; y por
el contrario, un testigo brasileño vio cómo un ovni entraba en una
nube bastante baja y cuando al cabo de un buen rato la nube se
desvaneció, no había rastros del ovni. Los olores extraños que en
ambos fenómenos se han percibido con tanta frecuencia, son otro punto
de conexión. Mucha gente no sabe que los aterrizajes de ovnis suelen
estar relacionados con la percepción de fuertes olores. En cierto tipo
de apariciones muy, relacionadas con la presencia de ovnis; suelen
percibirse olores muy penetrantes y malos; mientras que en las
«apariciones marianas» los olores suelen ser de flores. No quiero
detener me a profundizar en el por qué de las diferencias en ambos
casos, porque nos tomaría demasiado tiempo y porque además es algo
secundario dentro del tema que estamos tratando. Únicamente quiero
dejar constancia del dato como una sospecha más de que estamos ante el
cumplimiento de leyes físicas y químicas (procesos, reacciones) a los
que tiene que someterse la aparición para hacerse perceptible. Es
decir, algo que pugna con la idea que siempre nos han presentado de un
Dios omnipotente que simplemente por su todo poderosa voluntad se
manifiesta cuándo y cómo quiere, pasándole por encima a las leyes
físicas. Otro hecho que nos lleva a pensar esto mismo es la dificultad
que en un principio tiene «la Virgen» o el personaje sagrado que se
manifieste para hacerlo de una forma perfecta y acabada. Hay
apariciones que al principio sólo se ven a .medias, por ejemplo de la
mitad para arriba (Zeitoun), o borrosas como detrás de velos y hasta
con cierta fealdad, viendo cómo mejora por momentos o en visiones
sucesivas la calidad de la imagen. Parece que «la Virgen» necesita
tiempo o alguna práctica para aprender a manifestarse con perfección
y en la forma definitiva. Este es un detalle en extremo chocante que
se ha dado e!l multitud d.e apariciones. Amparo Cuevas ha dicho que al
principio veía .,una nube como de algodón que se iba esparramando» y
luego dentro de ella se formaba la imagen de la Virgen. En una ocasión
en que el que se le apareció fue el Padre Eterno, Amparo lo describió
con estas reveladoras palabras: «-¡Ay, lo que sale, ay, lo que sale,
ay, de la luz del cuerpo, ay, del cuerpo ese tan grande...! ¡Ay, lo
que sale! ¡Huuuyyy! ¡Ay! se forma un brazo. ¡Ay, se forma el cuerpo!
Se está formando otro brazo. ¡Ay, se forma la cara! ¡Un píe! ¡El
otro pie; con rayos que salen del cuerpo, de ese cuerpo tan grande...!
Del centro del pecho salen los rayos; y se ha 67formado un hombre.
¡Ay, es el Señor ese hombre, ay, es el Señor, ay, con pelo y todo lo
ha formado! Ahora siguen saliendo rayos de dentro de ese cuerpo. ¡Ay,
que se forma un ala; otra ala! ¡Ay, una cabeza de un..., ay, una
paloma, una paloma; ay, se ha formado también una paloma! ¡Ay, de
esos rayos de ese cuerpo tan grande! ¡Qué hombre! Si no puedo verle
la cara...; el pelo muy largo y la barba; pero la cara no puedo verla.
¡Qué pies tan grandes, ay, qué brazos tiene, Dios mío...! ¡Ay!
¿Quién es ese tan grande? ¡Ay, ay, por eso no lo puedo ver! -«Ese,
hija mía, es Dios Padre», le dice la Virgen. I Clemente el de El
Palmar de Troya me confesó que alguna cosa que vio, al principio le
metió miedo porque era bastante informe. En las apariciones de
Zeitoun, como el lector ha podido ver gráficamente en páginas
anteriores, tenemos testimonio de algo flotando en el aire, que parece
más bien un saco. Esa imagen corresponde a los primeros momentos. Más
tarde ya se veía la imagen de «la Virgen», pero sólo la mitad
superior y finalmente llegó a verse completa y no sólo eso sino con
una paloma encima, tal como ya hemos comentado anteriormente. Las
fotos de la primera etapa de Zeitoun coinciden exactamente con lo que
decía Bemardette Soubirous. La vidente de Lourdes «veía como un velo
blanco extendido como si fuera un saco de los que tienen harina».
Pasado un tiempo parece que la aparición ya ha aprendido a
materializarse sin tantos preparativos y lo hace repentinamente y de
una manera perfecta. En esto de perfeccionar paulatinamente la manera
de presentarse tenemos también un punto de conexión con los
fenómenos ectoplásmicos que se dan en el espiritismo en donde el
fantasma también en sus inicios lo hace de una manera imperfecta hasta
que «aprende» a hacerlo correcta y rápidamente. Volviendo a las
relaciones de los fenómenos de El Escorial con el fenómeno ovni, es
bien sabido que la actividad ovnística en toda la zona de El Escorial
ha sido siempre abundante y en la actualidad no lo es menos, a pesar
de que permanezca oculta para la mayoría de la gente. En varias
ocasiones ha habido avistamientos de ovnis por toda aquella zona y los
periódicos se han hecho eco de ellas en estas páginas el lector
podrá ver los efectos del aterrizaje de un ovni a relativamente poca
distancia del lugar de las apariciones. En otras fotos se puede ver un
objeto circular que estuvo moviéndose alrededor de lo que se suponía
era el sol, aunque es realmente extraño que se pueda sacar una foto
enfocando al sol de frente, tal como ha sucedido muchas veces en El
Escorial. Tengo que reconocer que las fotos que publico son de pobre
calidad, pero le digo al lector que he tenido en mis manos otras fotos
de este mismo fenómeno mucho más claras en las que no era uno sino
dos los objetos -como dos lunas- que muy claramente y de mayores
proporciones se veían alrededor del sol. Por extraño que parezca esa
era la impresión que daban y que la cámara captó.
miércoles, 10 de febrero de 2010
Salvador Freixedo: Apariciones Marianas
Salvador Freixedo: Apariciones Marianas
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