Es domingo en la tarde, Sisco está afuera, enfrente de su casa jugando red con sus hijos adolescentes. Su mujer, Cadana, está adentro, viendo sus teledramas, mismos que descarga para ver en su pantalla inteligente.
Una pequeña bola de cuero sintético, con media docena de largas plumas, sintéticas también, es lanzada sobre una red que se extiende a la mitad del área definida para el juego de red. La red alcanza la altura de la cadera de los jugadores.
Los jugadores deben de evitar que el objeto caiga al suelo de su zona. Y cada equipo solo puede tocar la bola tres veces, antes de arrojarla hacia el suelo en la zona del contrincante. La bola puede ser mantenida en el aire con cualquier parte del cuerpo: muslos, palmas de las manos, pies, codos, la frente, los hombros, etc. Pero está prohibido el sujetarla.
Seti y Pepi, los hijos de Sisco, están jugando en equipo contra él. Pepi recibe la bola con la rodilla izquierda, la eleva y de un cabezazo se la pone a su hermano, éste con un violento puñetazo la arroja del otro lado de la red, estrellándola contra el cuerpo de su padre. Sisco apenas y alcanza a cubrirse el rostro con los brazos; la bola cae al suelo y los jóvenes celebran como si hubieran ganado el campeonato profesional.
Acto sin ningún respeto ni consideración, Sisco jamás le hubiera arrojado un objeto, de esa manera, a su propio padre. “Adolescentes y, la influencia del odio que Cadana, su mujer, siente hacia él”. Piensa todo esto Sisco.
Sisco ya se siente cansado, recoge la bola con la mano izquierda y se lo lanza a Seti.
"Jueguen ustedes dos ahora, voy adentro con su madre, toda la semana trabajando y el domingo la dejo sola".
El pobre Sisco habló al aire, sus hijos lo ignoraron. Se queda parado viéndolos a los dos que ya están en el suelo luchando por la bola y gritandose insultos.
Entra a su casa, en la habitación matrimonial se escucha el monótono sonido del insulso teledrama que su mujer está viendo. El crepúsculo causa que la iluminación hacia dentro de la casa se reduzca a puras sombras.
"Cadana no es ni para pararse por un instante y encender una lámpara". Piensa él.
"¡Oye Cadana! ¿Qué tal si vamos con los muchachos a la plaza a caminar y compramos vasos de helado?
Ahora la brillantez de la pantalla cega sus ojos, que ya se habían adaptado a la oscuridad.
Sisco avanza un par de pasos hacia dentro de la habitación y ve que Cadana está tirada inconsciente en el suelo, él se apresura a levantarla, para ver que le pasa.
"¡Cadana!"
Siente su mano izquierda mojada, la levanta y ve con horror que se trata de sangre.
"¡Seti! ¡Pepi ¡VENGAN!"
Dos disparos sordos lo silencian. El asesino se dirige a la puerta principal.
Ante los gritos de horror de Sisco, el escándalo y lucha simulados de ambos jóvenes cesan.
"¿Papá?"
Y se aproximan al interior de la casa, de donde se escuchan otro par de disparos sordos.
***
Magno Jagger se sienta a una mesa en la terraza del establecimiento de craftés. Le hace un gesto con la mano levantada a la joven mesera, cuando ésta voltea le truena los dedos para que se apure.
"Bienvenido a Beetinh's señor".
"Traeme el crafté especial con selección de especias".
"¿Gusta un pay helado para acompañarlo, hoy tenemos el artesanal de licos?"
"Mmm, sí tráemelo".
"¡Enseguida señor!"
Magno Jagger la mira alejarse, su minifalda, sus muslos y trasero se ven invitantes...
"Por un pastelito como ella estaría dispuesto a pasar por alto que se trata de una mugrosa nativa", él piensa.
Se sacude ahora mentalmente las ideas y procede a realizar sus pendientes, introduce una serie de comandos en el tatuaje interactivo de su brazo y se conecta al gobierno civil del distrito Abala. En su implante ocular se despliega la sesión.
"Administración gubernamental, sección continente norte, bienvenido. ¿Qué trámite desea realizar?"
Magno se encuentra con que es atendido en una sesión de chat. Si se trata de un sistema conversacional espera que éste tenga la inteligencia artificial suficiente para reconocer sus licencias de funcionario espacial de alto rango y llevar a cabo sus comandos.
Él contesta vocalmente, y su tatuaje interactivo lo transforma a texto:
"Jagger., Magno. Funcionario gobierno espacial, código comando:
Armadura, Cañón, Fusión, 27, Helio, 4, Flecha".
Tras una breve pausa, Magno lee la nerviosa respuesta que le revela que está siendo atendido por un ser humano que ha reconocido su alto rango en la jerarquía del gobierno espacial.
"Señor sí señor, a sus ordenes, ¿qué necesita que hagamos por usted?
"Tengo un Cero, Noche, Bravo, en una dirección, misma que anexo a continuación, dentro del distrito Abala. Limpieza absoluta y con sustitución".
"Entendido señor, procedemos a la limpieza y, así mismo, procedemos a traer una familia de reemplazo"
"Gracias, eso es todo por el momento".
Magno Jagger introduce otra serie de comandos en su tatuaje interactivo y la imagen que acompaña a la ficha desplegada lo deja cautivado.
"Vaya, vaya, pero que cosa tan encantadora es esta Dani Zel".
***
Hoy es el segundo día en el que Sisco no se presenta a trabajar a la planta. César le ha pedido a Lumila y a la secretaria de Dani que traten de contactarlo, con sus tatuajes interactivos.
Igualmente la ingeniero Dani Zel ha estado, sin éxito, tratando de comunicarse con Sisco por otros medios.
"Esto es de lo más extraño César, la red informa que el usuario, Sisco, no se encuentra en el área de cobertura, pero ¡sí la red es mundial!"
"¿No tienes la dirección de contacto de su mujer, Cadana?"
"Sí César, ¡desde luego que también he tratado de comunicarla! Y es el mismo resultado".
"Dani, creo que lo mejor será que, hoy a la salida, yo vaya a su casa. Si gustas darme su dirección."
"Yo quiero ir también. Vamos juntos en mi automóvil".
***
El aerodinámico vehículo eléctrico de Dani se desplaza silenciosamente a lo largo de la, prácticamente, vacía carretera. Solo ocasionalmente alcanzan a otros autos pertenecientes a otros miembros de la clase pudiente. Eso sí, el tráfico de trailers procedentes de la planta de algas, y de aquellos de regreso del puerto espacial, en la carretera de vuelta, es constante.
Dani abandona la carretera, en una salida que los lleva a la avenida Leva, aquí el monótono paisaje árido y, montes cubiertos por maleza seca, es reemplazado por urbanización.
César ve negocios, centros comerciales, hospitales, también puede ver un gran llano donde una multitud observa algún deporte que él desconoce.
Dani se detiene, debido a una señalización de paso peatonal, y ella aprovecha la ocasión para preguntar por la ubicación del vecindario donde vive Sisco. Una babosa cae del poste de señalización, sobre el parabrisas, lo repentino de la acción, y el golpe, hacen saltar a César. Esto hace sonreir a Dani. A pesar del susto César se cautiva por la sonrisa de ella. Dani es muy bella.
Dani baja su cristal y llama a una niña:
"¡Niña! ¡ven!"
La niña de unos diez años de edad, se acerca temerosa a l automóvil, a pesar de incontables advertencias, por parte de su madre, para que no se acerque a autos de desconocidos, su instintivo respeto a una figura de autoridad (en este caso una mujer perteneciente a la clase alta) se activa y ella se aproxima a Dani.
"Oye amor, ¿falta mucho para el vecindario Las Limas?"
"No señora, siga de frente hasta llegar a un camellón que tiene un monumento plateado muy alto, inmediatamente después de éste, a la izquierda, del otro lado de la avenida, están los arcos, que son la puerta de entrada al fraccionamiento Las Limas".
"Gracias corazón, toma, por tu atención".
La niña se va encantadas con una botella de refresco de frutas que Dani le dio.
"Pensé que sí sabías donde vive Sisco".
"En ocasiones, en las que nos quedanos a trabajar muy tarde, lo traje a su casa, pero él me venía dando las indicaciones y, ya no me acuerdo muy bien".
Atraviesan la avenida y los arcos de entrada.
"Ya en el fraccionamiento es fácil hallar la casa de Sisco, al final de su calle se ve esa gran torre de agua y la casa de bombeo".
Dani conduce, guiada por la vista de la torre de agua y, finalmente detiene el auto frente a una casa de una sola planta, pero con un amplio jardín delantero, como todas las casas en esta colonia.
César reflexiona, al comparar en su mente las casas de Sisco y Lumila, que ésta última, en realidad pertenece también a la clase social de los afortunados.
César camina tras Dani, quien se ha adelantado a tocar la puerta, él observa las pocas plantas marchitas y el pasto amarillento, mucha arena. Recuerda lo que Sisco le comentó respecto al deterioro del medio ambiente del mundo.
Dani está ya tocando al timbre, cuando César la alcanza en la puerta. En menos de un minuto alguien abre. Dani sí conoce de vista a la esposa e hijos de Sisco, pero esta mujer mayor, no tiene ni idea de quién se trata.
"Hola señora, buenas tardes", voz y sonrisa nerviosas, siempre le pasa al hablar con extraños, "Soy Dani Zel, la jefa de Sisco en la planta, ¿es usted su mamá o su suegra?"
"Hola señorita, sin duda usted está buscando a la familia que anteriormente ocupaba esta casa".
"Sí señora, ¡obviamente! Pero, ¡¿cómo que Sisco y su familia ya no viven aquí?!"
Dani se muestra incrédula y sorprendida, y así lo demostró con su voz, y gestos, al hacerle la pregunta anterior a la extraña. La señora ahora fija su mirada en César, parado junto a Dani, y les contesta:
"Yo no se nada, el ministerio de vivienda nos trajo desde el continente sur y nos asignó esta vivienda; ahora si me disculpa, estoy muy ocupada".
Y les cierra la puerta.
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