martes, 10 de diciembre de 2013
Los criminales se inician en casa
La palabra “alcahuete” adquiere todo un nuevo significado cuando hablamos de las madres de los criminales. Ellas sabiendo que sus hijos delinquen, los consienten, solapan y hasta los bendicen:
“Que la Virgen me lo cuide y proteja y que con su manto me lo cubra.”
En la serie de El Patrón del Mal, “Doña Enelia” (la madre de Pablo Escobar) con la frase anterior, lo bendice a su “hijito” cuando se va a “trabajar.”
Las madres de los criminales tienen el descaro, y la poca vergüenza, de irse a parar afuera de las prisiones cuando suceden motines, y llorar y agredir a los guardias de seguridad por ser “tan malos” con los “angelitos” de ellas.
Yo no tengo duda alguna sobre que muchos delincuentes son el producto de la deficiente atención recibida de sus madres. Son creados por ellas.
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