Son las siete de la noche en la planta de algas. Los trabajadores de confianza, como los del área de sistemas, tienen un turno de trabajo de 8 a 18 horas, al contrario de los obreros, quienes en tres turnos, mantienen la planta de algas en funcionamiento las veinticuatro horas del día.
La ingeniero Dani Zel se queda a trabajar frecuentemente hasta las ocho de la noche y, al ser Sisco Benn su ingeniero en sistemas senior, él voluntariamente no se retira hasta que la ingeniero no lo haya hecho.
Además Sisco no tiene ningún motivo para volver temprano a casa...
"¿Sí Dani? ¿qué deseas?"
La ingeniero Zel llamó a Sisco desde su oficina en lo alto, su 'aviario' o 'nido'. Los cubículos de los ingenieros en sistemas, como César (quien se retira media hora después de terminado su horario de trabajo) y de Sisco, se encuentran al pie de la estructura metálica.
Así que, al estar todos al alcance del oído, así se dirigen entre ellos, llamándose en voz alta, por ser esto muy práctico.
"Sisco, ¿puedes, por favor checar el servidor del correo electrónico? Mandé un correo a la Dirección y cuando llamé para verificar su recepción me dijeron que no les llegó".
"Claro Dani, al instante."
"No, no Sisco, ya vete a descansar. Ya hasta apagué mi máquina. Yo ya me voy".
"No te apures Dani, es rápido. Así mañana a primera hora, ya tienes el problema resuelto, para que mandes tus correos electrónicos sin problemas".
La ingéniero Zel es el tipo de mujer que a Sisco le gustaría tener como compañera de vida. Ella es una hermosa mujer negra, su mirada brillante parece que todo lo examina con interés y curiosidad. Ella está completamente dedicada a su trabajo y, hasta donde Sisco sabe, ella no tiene pareja.
Sí, Dani, toda una mujer, un ser humano completo, no como otras mujeres sin criterio ni inteligencia, como una secretaria de Recursos Humanos, quien hace poco le hizo pasar varios momentos desagradables.
Sisco se loggea al servidor de e-mail y procede a depurarlo de mensajes que estén ocupando espacio innecesariamente. Abre el folder de mensajes recibidos y, los ordena por fecha, selecciona todos los correos con más de dos años de antigüedad y los mueve hacia un folder de respaldo.
Mientras realiza esta tarea, su mente divaga hacia el incidente con Cault, la secretaria de Recursos Humanos. Él la conoce debido a que es su tarea actualizar el software de cada máquina en la planta, así como atender requerimientos varios de los usuarios, como por ejemplo, problemas de conexión a la red.
Pues bien, esta señora, hace dos semanas, cuando Sisco estaba instalándoles una nueva impresora, le preguntó a él sobre que equipo de cómputo le recomendaba para ser usado en casa por su hija.
Él le contestó que los equipos personales marca Sustain, como los que utilizan en la planta.
Para la gente de esta sociedad, el comprar una computadora personal es un gasto significativo, debido al estado de servidumbre económica en que este Estado los mantiene. Y ella, Cault, así se lo mencionó a Sisco.
Sisco ya ni se acordaba de esto, cuando una mañana, de la semana pasada, Cault se le planta toda histérica y reclamándole, ahí en su cubículo de él.
Todo se reducía a que el equipo de cómputo, que Sisco le recomendó comprar, resultó ser toda una porquería, lleno de fallas.
Respeto hacia una mujer, antes que nada, así piensa Sisco. Y es así que él le dijo a Cault que, le trajera el CPU, que con los técnicos del proveedor, de los equipos para la planta, se lo iban a revisar y darle el mantenimiento y reparaciones que éste necesitara.
Sisco bajó a un subnivel de la planta, llevando el CPU, donde trabajan los tres técnicos del proveedor, luego de bromear y chismear un rato, les comentó de la falla del equipo.
Los tres técnicos se extrañaron mucho, ya que ellos conocen y atestiguan la calidad y excelencia de la marca Sustain.
Abrieron el CPU para checar que todo estuviera en orden y correr diagnósticos, para así identificar las fallas que este equipo tuviese.
Grande fue su sorpresa al ver que se trataba de un CPU hechizo, de Sustain solo era el gabinete.
Con gran contrariedad Sisco tomó el CPU, ya armado de nuevo, y lo subió al primer piso, donde está Recursos Humanos.
Entró directamente hasta el escritorio de Cault y, sobre éste, con fuerza intencionada dejó caer el CPU.
"¡Por Dios mujer! ¡tenga criterio! ¡use la cabeza! ¿Por qué me hace perder el tiempo con un equipo pirata que, quién sabe dónde compró?"
Cault hace un gesto de culpa que le indica a Sisco que ella en efecto compró el equipo de algún vendedor en el mercado negro, pero a continuación cambia a un gesto de desprecio.
"¡Váyase! ¿sí? Me está acosando, ¡lárguese antes de que me enoje y haga algo que yo no quiero hacer!"
Sisco incrédulo ante el descaro de esta mujer, le murmura de vuelta:
"Vieja loca".
Y a continuación se retira.
***
Sisco sacude, con la palma de la mano, polvo del monitor de la terminal, y luego se fija en ésta, acaba de eliminar los correos no deseados pero, ahí solito en el folder, aparece un único correo electrónico y, con suma curiosidad, se da cuenta que fue enviado por un carguero translumínico interestelar de la Compañía.
Lo abre y ve el remitente de envío, un tal comandante Jolmos y, lo más extraño, fue enviado con copia a la autoridad portuaria y a la planta de algas, sin cuerpo de texto, pero, con un archivo de texto adjunto.
Lo abre y, se da cuenta que se trata de un manifiesto de carga. Entre las menciones de toneladas métricas transportadas a bordo de los deslizadores, se encuentra con una curiosa anotación:
"Ja, ja, ¿algas? Si tan solo estos indios supieran que 'las algas' son cualquier tipo de animal y vegetal de su biosfera".
La mención racista no le extraña, viniendo de los espaciales eso es lo que se puede esperar, y Sisco les dedica una maldición mental bastante gráfica. Pero la referencia ecológica lo deja bastante intrigado.
Él desde niño siempre ha estado interesado en aprender y leer de todo, aparte de su amor: la informática y, bien sabe que una población numerosa explota los recursos naturales más rápido de lo que éstos pueden reponerse y, siendo la población del mundo muy pequeña, solo tres metrópolis importantes en mismo número de continentes, en verdad él nunca se preocupó por la ecología del planeta.
Pero esta mención, a una explotación desmedida, por parte de los espaciales, lo hace enfadar y preocuparse.
El mundo está ecológicamente sano ¿no? Después de todo la exportación de algas es la columna vertebral de la economía global. Pero si, los espaciales están consumiendo absolutamente cualquier forma de vida, en vez de algas, ¿significa que el planeta está catastróficamente condenado?
Esto lo deja sumido en sus pensamientos.
***
Magno Jagger, es un profesor de educación profesional. Un hombre de cuarenta años, rubio, alto y delgado.
De hecho su trabajo oficial es la de rector de la Universidad Politécnica en Ciudad Capital. Eso es, "su trabajo oficial", porque él es también un espacial, agente de inteligencia para la Compañía,
El día de hoy, Magno Jagger se encuentra al frente de la aplicación del examen de admisión, a la Universidad Politécnica. La educación en esta universidad es la aspiración de muchos de los jóvenes, de esta región en el continente.
La Compañía, a modo de agradecimiento con el mundo (propaganda y relaciones públicas) creó esta universidad que ofrece "formación académica de calidad y gratuita".
Y los jóvenes sueñan con tener una formación profesional que les permita salir de la pobreza y poder formar parte de la burocracia o incluso, entrar a trabajar en la Compañía.
A Magno Jagger le gusta ser elegante y, en vez de efectuar el examen en las aulas del campus universitario, y aprovechando su presión como agente de inteligencia para la Compañía, logra cada año académico, que el dueño de la más elegante y cara plaza comercial, de Ciudad Capital, le ceda, sin costo alguno, el atrio en la planta alta.
A él le da mucha paz mental estar en esta plaza comercial, el atrio está confinado por barandales de vidrio, y abajo se ve a la gente mirando las vitrinas de las tiendas de ropa y zapatos, también llegan los sonidos y melodías de las máquinas tragamonedas en la arcadia, si presta atención, Magno puede oler las pizzas y la cerveza del caro restaurante Merou's.
Magno se mueve entre las filas de pupitres, hoy hay varias jóvenes muy bellas, los pupitres siempre permiten apreciar las piernas de las alumnas.
Pobres aspirantes, en realidad, un algoritmo que él mismo programó, elegirá al azar a un porcentaje de ellos.
Magno Jagger se recarga contra uno de los barandales y ahora su mente se deja llevar porque percibe el olor de las palomitas procedente de los multicinemas.
Voltea a ver a los aspirantes, quienes están muy concentrados contestando el centenar de preguntas, de opción múltiple, en las tabletas que le fueron asignadas.
Se fija en una joven madre empujando una carreola cuando le llega un mensaje clase Alfa a su implante óptico.
¡Un mensaje de la Compañía!
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