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La arquidiócesis de Puebla no halló ningún líquido en la efigie de la Virgen de Dolores, que permita afirmar que realmente derramó lágrimas y por tanto tampoco ha notificado al Vaticano sobre el hecho.
Durante la primera visita realizada por la comisión especial -asignada por el arzobispo Víctor Sánchez Espinoza- al Templo de Ocotlán, no se encontró el menor indicio de humedad que facilite los estudios químicos requeridos.
Sin embargo, Delfino Franco, párroco de la iglesia ubicada en la colonia Humboldt de esta ciudad, recalcó que entre las dos y tres de la madrugada los ojos de la virgen se 'inundan' de lágrimas.
Destacó que cuenta con archivos fotográficos y audiovisuales que evidencian el llanto de la imagen dolorosa.
"Yo tengo videos, muchas fotografías que el propio restaurador tomó, la virgen llora, sus lagrimares se le llenan, luego de lado derecho le ruedan hasta cinco lágrimas, parece que algunas las respirara a la altura de su nariz (sic)", narró.
Interrogado sobre el proceso de restauración, confirmó que la escultura de yeso fue rehabilitada precisamente del rostro tanto por la parte interna como externa y se le añadieron lágrimas de resina.
Desechó que la dolorosa haya sido manipulada para fingir este efecto y se congratuló por la reacción de la feligresía, pues el suceso es celebrado como un milagro.
Por su parte, Eugenio Lira Rugarcía, vocero de la Arquidiócesis de Puebla, manifestó que cualquier fiel tiene derecho a la credibilidad, por lo que no dudó de las palabras emitidas por Delfino Franco.
Evitó mencionar si el fenómeno puede interpretarse como una charlatanería o bien irse al extremo y confirmarlo como un milagro.
Señaló que en el lapso de una semana se reunirán las pruebas necesarias para determinar la veracidad del caso
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