domingo, 22 de febrero de 2015

Ecos Sociales (relato original por mi)



Lorenzo regresa de su clase de zumba, él es el instructor, improvisado, luego de tomar 6 meses de clases, y al estar desempleado, se le ocurrió ir a varios clubes, de los frecuentados por la clase media alta, a ofrecer sus servicios, hasta que fue aceptado en uno de los deportivos de un famoso político de derecha, conocido por sus escuelas de natación.

La tarde-noche del verano le permite caminar en la cuadra de su casa con bastante luz todavía, a pesar de ser las 8 de la noche; y al pasar frente a la casa de Doña Angeles, a quien sólo conoce superficialmente como vecina y a quien no había visto en varias semanas, la puede ver que está regando los árboles en su banqueta, un par de jovenes robles, muy delgados aún. Ella batalla con el chorro de agua.

“¡Hola señora! Buenas tardes, noches ya, bueno es que como todavía hay luz...” Y Doña Angeles se sonríe ante la incertidumbre en el rostro de él.

“Hola Lorenzo, sí buenas noches, este horario de verano la vuelve loca a una. ¿Vienes de tu trabajo?”

“Sí, soy instructor de clases de zumba.”

“¡Que padre! A ver si luego me invitas a tomar una clasesita.”

“Sí, cuando quiera señora, de hecho van dos señoras de su edad, me refiero, a que podría hacer amistad con ellas. ¡No quise decir que usted fuera grande!”

Y Doña Angeles solo esboza una amplia sonrisa, mientras se sigue peleando con la manguera, a la que ya no le sale nada.

“A ver Lorenzo, ayúdame con esta cosa del demonio, ¡quién sabe dónde se dobló!”

Y Lorenzo recorre con su vista la manguera hasta localizar en qué parte es que ésta se dobló, localiza la parte doblada y la endereza.

“Gracias, eres un amor.”

“De nada, bueno, la dejo tengo que llegar a cenar; como solo me voy con un bocado para no tener malestar al hacer ejercicio...”

“Sí Lorenzo, que tengas provecho, saludos a tu mamá.”

“Gracias Doña Angeles, ¡hasta luego!”

Lorenzo se encamina hacia su casa, reflexionando en que esta fórmula social de enviar saludos a alguien casi nunca es llevada a cabo por el encargado de hacerlo.



Pasan los días, Lorenzo sigue con su rutina de sus clases de zumba. Mismas que no le han dado los resultados esperados, en cuanto a poder conocer a mujeres jovenes, tal parece que estas actividades solo atraen a casadas mujeres maduras; y algunas de ellas en busca de problemas...

Es sábado en la tarde y, Lorenzo, toca a la puerta de la habitación de su mamá.

“¡Pasa hijo!” El camina hacia ella y le da un beso en la frente.

“¿Qué estás viendo?”

“Ah, pués ya hasta se me olvidó, pasan tantos anuncios que una se pierde pensando en otras cosas.”

“¿Por qué no le pones mejor en History Channel? Pasan buenos programas.”

“No me gustan eso programas, puros viejos comprando antigüedades, no me llaman la atención esas cosas.”

“¡Ay! ¡No madre! Ese programa de las Netas Divinas no, lo odio, pura vieja mamila sientiéndose gran dama y dando clases de moralidad, como si sus vidas fueran un modelo de virtudes.”

“¡Ssh! Tienen un invitado interesante, que está hablando de tanato..logía, sobre como superar la muerte de un ser querido.”

“Mmm, a ver entonces...”

“Sí, fíjate que me puede mucho que se haya muerto Doña Angeles.”

“¿Cómo que se murió? ¿Cuándo?”

“¡Uy! Ya tiene como dos meses.”

“¡No estás equivocada mamá! ¡Si la acabo de ver ahora en la semana!”

“No, sí falleció hace como dos meses, porque vino a comentarme Tere. Me acuerdo muy bien porque fue en la misma semana cuando terminó la telenovela con Pedro Fernández.”



Lorenzo, siente que se le baja la presión y una sensación de frío recorre su cuerpo al mismo tiempo que se le dificulta el respirar, pálido se deja caer sobre la cama de su madre.

“¡Hijo! ¿qué te pasa? ¿Te estás ahogando? ¡LORENZO!”

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