domingo, 13 de octubre de 2013
Veneno en la atmósfera
En una plática que Terence McKenna dio, hace varias décadas ya, él comentó sobre una vez que analizaba junto a uno de sus profesores sobre el motivo y razón de ser de la humanidad. Y McKenna dice que su profesor le dijo, jocosamente, que tal vez el ser humano fue creado como parte de un proyecto de minería. (La referencia a la teoría de los Annunaki de Zecharia Sitchin nunca sabré si fue intencional o sólo una coincidencia.)
Y el profesor continuó que a lo mejor unos extraterrestres necesitaban una veta de metales radioactivos y que ya pronto regresarían y nos felicitarían por el excelente trabajo realizado en cuanto a contaminar de radiación todo el planeta.
Ahora se sabe que el 90% de los reactores nucleares en el mundo tienen filtraciones de radiación a la atmósfera, y la información referente al accidente nuclear en Fukushima es dada a conocer a cuentagotas. Tímidamente hoy dan a conocer que la fuga radioactiva pudo haber sido 20% superior a lo previamente estimado. Y se sabe que las lecturas de radiación en Tokio son superiores a regiones en las inmediaciones de la planta nuclear colapsada.
Científicos también han alertado que atunes pescados frente a las costas de Norteamérica están envenedados con altos niveles de radiación. Y mapas de la radiación procedente de Fukushima, muestran que las corrientes de aire del Pacífico la llevan sobre América del Norte.
Todo esto tiene un triste paralelo con uno de los argumentos que escribió Isaac Asimov en su saga de los Robots y La Fundación, saga en la que La Tierra es abandonada debido a la contaminación radioactiva en todo el planeta.
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