Un tipo se quejó acerca de que, al ir manejando notó que junto a una parada de autobús había aparecido un puesto ambulante de tacos, e indignado dijo que iba a exigir al delegado para que este puesto fuese inmediatamente retirado.
El tipo además argumentó que el dueño de este puesto de tacos, ensucia, afea la vista y que sobre todo, no paga impuestos.
Este princeso que se queja del puesto de tacos, infinidad de veces, al igual que todos nosotros, transita en su automóvil, a través y sobre las colonias marginadas de donde provienen las personas que se ven movidas a poner puestos ambulantes. Y uno ni siquiera se da cuenta de la pobreza en la que viven ellos.
Y también, si tuvieramos un gobierno y un estado digno de una nación escandinava ahí sí con toda razón habría que exigir que alguien fuera del sistema pagase sus impuestos.
Pero estamos inmersos en un sistema depredador que no proporciona bienestar social ni facilita los medios para que uno emprenda sin dificultades, y con seguridad, en la creación de negocios ni de empresas.
Soy de la opinión que estas personas están en todo su derecho de vivir y hacer, dentro de los 2 millones de kilómetros cuadrados de territorio nacional, lo que sea conveniente para su subsistencia.
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