domingo, 26 de abril de 2015
Asesinato de Carácter
Es el primer día de trabajo de Mirna en la empresa: “Brillo Natural”, resulta que ella estaba desempleada y con mucho tiempo libre y, un día recogió el periódico “Voces”, un periódico gratuito catorcenal sobre anuncios clasificados, que pasan a arrojar a las casas de la colonia donde vive y, ella leyó que solicitaban capturistas en esta empresa de suplementos alimenticios, o sea “productos milagro.”
Mirna tiene conocimiento de primera mano sobre estos productos,y bien sabe que están lejos de ser un fraude, ya que su papá hace años tuvo una infección en la próstata que le provocó inflamación, micción continua y sangrado y él, viendo que la medicina recetada en el hospital estatal solo le reducía los síntomas sin curarlo, se le ocurrió preguntarle a una vecina, que él sabía se dedica a vender estos productos milagros, le preguntó si no tenía nada para la próstata y ella le recomendó el suplemento PX. Lo empezó a tomar y antes de dos semanas estaba totalmente curado.
Ahora Mirna reflexionó sobre algo que, coincidentalmente respecto a la empresa “Brillo Natural, su papá le comento, molesto contra el gobierno, tan solo hace unos días:
”La industria farmaceútica nos quiere clientes cautivos de sus medicinas paliativas que solo mantienen la enfermedad sin curarla. Tomé el PX para curarme de aquella infección en la próstata que tuve, y luego lo consumí por años para alejar problemas, para asegurar que la infección no regresara. Pero desagradablemente me encuentro que en el centro de distribución de Brillo Natural a donde acudía a comprarlo, me comunican que la Secretaría de Salud ha retirado este producto del mercado y lo califica de "producto milagro." ¿Puedes creerlo?”
Y al respecto Mirna le contestó:
“¡Ajá! La mafia farmaceútica local de seguro cabildeó para eliminar este suplemento por hacerles competencia y que uno acuda a sus medicamentos de miles de pesos de costo.”
“Sí de seguro es así”, él le contesta, y continúa:
“Y si los productos milagros solo curan por autosugestión, ¿por qué no les enseñan a los médicos métodos de autosugestión que el paciente pueda aprender, que adopte, para curarse?
“Porque el negocio está en la venta de farmacos caros y que muchas veces tienen efectos secundarios negativos.” Mirna le contesta y su papá asiente manifestando su coincidencia de opinión.
***
Mirna se encuentra en el interior de un cubículo, donde fue recibida por la subgerente de comercialización. A través de los grandes paneles de cristal entra la brillante luz del Sol, que ilumina un mediodía muy contaminado en Distrito Federal
“Mirna, ven para presentarte al grupo.” Le pide su jefa, una joven mujer apenas unos años mayor que ella.
“¡Hey atención!” Carmen, la jefa, obtiene la atención del grupo, unos se echan para atrás en sus sillones y otros se ponen de pie dentro de sus cubículos.
“Mirna se va a incorporar a nuestro equipo de trabajo y nos va ayudar con la captura de documentos. Y a veces con la captura de bases de información también.” Y continúa:
“Mirna, todos aquí somos nuy buena onda y vas a ver como pronto te vas a sentir parte de nuestra familia, después de todo aquí pasamos más horas que en nuestras casas. Y lo que se te ofrezca, no dudes en pedírselo a cualquiera de los muchachos.”
Y todos por atención se acercan a Mirna a saludarla, las chicas con saludo de beso tronado en el aire, y otros solo le dan la mano antes de regresar como autómatas a su trabajo.
A continuación Carmen le indica que cubículo va a ocupar. Podemos ver como le da una serie de indicaciones a Mirna, mientras ella, pasa un dedo por el polvo acumulado en el cubículo, acomoda su bolsa, y se sienta para encender su computadora.
Todo este intercambio, un joven que no se presentó con Mirna, lo ve, subrepticiamente, a unos cuatro cubículos de distancia y, enajenado con ella, Luis Gutiérrez, el nombre del joven, piensa que ella le parece muy bella persona.
***
Unos cuantos días después, un jueves por la mañana en las oficinas de Brillo Natural, Mirna mandó a imprimir un listado de productos, tarea que le fue solicitada por Carmen, pero el archivo simplemente no se imprime, la gran impresora solo se escucha trabajar, se iluminan sus entrañas, hace su característico timbre pero ¡no imprime nada! Ella ya checó la bandeja alimentadora de papél, el indicador del tóner, pero al considerar que todo está bién con la impresora esta situación solo la frustra.
Luis al notarla como ella está batallando, decide aproximarse para ayudarla, él piensa que de seguro hay un problema con la cola de impresión de documentos. No sin nerviosismo, se acerca a Mirna pero cuando está a punto de hablarle, Magali, una de las compañeras, como salida de la nada le dice a Mirna:
“Apriétale el botón Start y borra tu cola de impresión y manda de nuevo el archivo, ¡ah! y él es 'Gutierritos, es inofensivo no le hagas caso.'” Dice ella con una amplia sonrisa burlona.
Magali aprieta el botón Start, e igual como llegó, se fue, un auténtico tornado esta alegre joven; y Mirna regresa a su cubículo sin siquiera haberlo volteado a ver a Luis
***
Un par de meses después, es la convención de la empresa. Esta se lleva a cabo en el Centro de Convenciones del Banco Nacional. Esta es una instalación enorme, con docenas de salas, tres niveles de estacionamiento. En el atrio donde está la recepción, hay terminales para que uno consulte a dónde dirigirse.
Aquellos que no lo hacen así, pagan su omisión caminando hasta quince minutos si no es que más.
Luis, como es lo normal en él, llegó solo, y al registrarse le dieron un kit que consiste en una bolsita de nylon con un paquete de hilos, agujas, un jaboncito. Pero además, a él por ser “caballero”, le dieron un reloj, que aunque obviamente barato, sí luce bastante “caro”. Es hecho en color negro, pulsera de falsa piel y, analógico.
Él de inmediato piensa que va a hacer con éste, y eso lo ¡llena de emoción!
Mientras tanto, en el Salón Azul, se encuentran ya Mirna, Magali, y un par de compañeras, pertenecientes al área de contabilidad, escuchando una de las historias de Antonio, un compañero que presume de ser todo un conquistador, y por lo tanto se comporta con la arrogancia natural que ese tipo de hombres manifiesta.
“Si yo voy caminando por la calle con un papel en la mano y...” ¡Ni modos que por las paredes!” “Ah que graciosa Magali... Déjame continuar, antes de que pierda el hilo.” “Nos dieron un kit con una cajita de hilos...” Ella burlonamente lo interrumpe de nuevo.
“¡Magali! ¿Me dejas continuar?” Su enojo es falso y parte de la camaradería de ellos, “bueno como decia, si voy POR LA CALLE, y me encuentro un bote de basura que diga 'Basura Orgánica', ¡No lo voy a depositar ahí! Por que de eso se trata, de amaestrarnos, ¡de hacer un acto reflejo el separar la basura!
“Los papeles se depositan en la basura inorgánica ¿No?” Magali dice dirigiéndose a todos. “¿Ves?” Antonio le contesta, “aparte es confusa esta programación. El papel se obtiene de los árboles, por lo tanto es un desperdicio orgánico.” Ante lo cual, Mirna solo agrega, “¡Ey! Ya estoy confundida. Total cuando los de la basura se llevan los botes todo lo revuelven porque rompen las bolsas dentro del camión buscando separar los desperdicios que ellos luego llevan a vender.”
“Sí, puro adoctrinamiento verde que me enoja.” Dice Antonio haciendo un ademán de desprecio.
Y como también es otra de las características de Luis, él todo esto lo está viendo y escuchando apartado de ellos, sin integrarse al grupo.
***
Estas convenciones son muy cansadas, consumen cerca de diez horas, a lo largo de dos o tres días, al final de las mismas, lo que todos ya desean, es irse a sus casas a descansar, pero esta tiene la desventaja de haber concluido en domingo, y a las ocho de la noche.
Afuera del Salón Azul, mezclados los asistentes a la convención de Brillo Natural con los asistentes a un abierto de Taekwondo, que salen de otro de los salones, ya forman una multitud. Mirna se encuentra parada justo en medio de ésta, esperando a Magali que le dijo que iba ir rápido al tocador antes de irse juntas en el auto de ella. Mirna se queda pensando que le agradece mucho la oferta del “ride” a Magali, irse a esta hora en transporte público ya es peligroso.
Luis la estuvo vigilando al final de las actividades, y la siguió con la vista a Mirna hasta que ella se quedó sola en medio del gentío.
Mirna miraba ya desesperada su reloj de pulsera, ante la tardanza de Magali, y es cuando Luis se le acerca llevando en sus mano la caja del reloj que le obsequiaron como asistente a la convención.
“Hola, Mirna,” su voz débil y nerviosa, “quiero darte esto.”
Mirna, no puede disimular su cara de rechazo y piensa que, qué es lo que quiere “Gutierritos.” Instintivamente estira su mano para alcanzar la caja del reloj, pero de último momento no lo toma, es como si Luis le estuviera ofreciendo una cucaracha muerta.
En ese preciso momento llega Magali, que prácticamente sin voltear a verlo dice:
“Adios Gutierritos.” Mientras se lleva, empujandola amablemente por el hombro, a Mirna.
Luis se queda parado viendo como se aleja Mirna.
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