Buscando a Juan López, lo tenemos asociado con su número de teléfono móvil, por su contrato de telefonía, sabemos donde vive, y sabemos también el número de su cédula de identidad. Con el GPS del móvil lo podemos rastrear.
Haciendo una proyección estadística basada en todos los lugares hacia los que se desplaza, podemos saber con bastante certeza su comportamiento futuro.
Tenemos el registro de su voz, así como su rostro; podemos activar el micrófono y la cámara, tanto de su móvil, como los de sus demás gadgets también. Juan nos ha dado sin saberlo la imágen de su iris. Tenemos scanners de iris instalados en toda la ciudad, además de cámaras y micrófonos. Esto nos facilita el saber en tiempo real donde se encuentra todo mundo.
Sabemos su historial de navegación y guardamos para siempre todos los contenidos que descarga del internet. Podemos leer la información que tiene almacenada en todos sus dispositivos. Información es poder.
Al haber unificado las cuentas de las redes sociales con las de su correo en línea, blogger y youtube, estamos al tanto de su actividad en línea. Y si Juan se convierte en una molestia para el sistema, con nuestro modelo de 3 strikes, podemos bloquearle el acceso al internet en cuanto así lo decidamos.
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