Nosotros cambiamos constantemente, de un instante al otro, la persona que hoy somos, no es la misma que existió hace diez años. Lo que hacemos en la vida influye en lo que nos convertiremos, pero también otros factores modifican nuestro patrón de conducta y pensamiento, hasta el grado que, pasado un lapso de tiempo, nos convertimos en otra persona y, podemos terminar con una versión peor o mejor de nosotros mismos.
La mente es como la luz, que se puede polarizar, aumentar o disminuir en su frecuencia; nos regeneramos, nos convertimos en distintas personas que comparten recuerdos de un pasado común. Somos ondas, la gente cambia.
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