sábado, 28 de septiembre de 2013

Avistamiento múltiple

Ayer desobedecí una de mis autoimpuestas reglas para observar OVNIs: Nunca establecer contacto.

Este viernes 27 de septiembre, a eso de la una de la tarde, Ciudad de México, salía de mi casa y observé una esfera volando de sur a norte, sobre el este; llamé a mi hermano para que trajera la videocámara, pero le fue imposible enfocar al objeto.

Momentos después, sobre el cenit, también de sur a norte pudimos ver otro objeto. Yo tenía mi tableta en las manos, y me puse a hacerle señales con el reflejo del sol.

Minutos después, un tercer objeto, ahora sobre el poniente, e igualmente de sur a norte se desplazó muy lentamente. Y luego, varios minutos después de este último, un cuarto objeto, sobre el cenit y de sur a norte. Este cuarto OVNI asemejaba una diminuta línea blanca.

Ninguno de los cuatro OVNIs fue captado por la videocámara. No es la primera vez que nos sucede. ¿Será acaso que es un fenómeno de la psique humana? ¿Que se proyecta directamente en nuestras mentes? Muy interesante de considerar esto. Al contrario del ofensivo término: “histeria colectiva”, este tipo de OVNIs serían una manifestación directamente proyectada en nuestras mentes con el objetivo de manipulación de la percepción y concepción de la realidad, así como de sabotear nuestra sociedad racionalista y escéptica.

Volviendo a lo que mencioné al inicio, de que no debí de haber tratado de establecer contacto. No importa si estos criptoterrestres, con los que uno contacta, sean positivos o negativos, el contacto siempre es dañino debido a la radiación tan intensa que de ellos proviene y el cerebro humano resulta afectado. O si es que sí resultan ser negativos, los entes con los que se establece el contacto, empezarían incómodos episodios de falsas revelaciones de profecías, así como visitaciones en casa y hasta abducciones. Y el contacto directo además es causa de que el contactado sufra de agresiones por parte de gente que cree que el contactado es un charlatán, o por el simple miedo, o para silenciarlo, el contactado es agredido causando que muchas veces este tenga que abandonar hasta su ciudad de residencia.

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