miércoles, 18 de septiembre de 2013

La Ley no es la Ley.



En los últimos meses la Ciudad de México ha experimentado protestas de parte de una agrupación magisterial procedente de los estados del sur del país que se oponen a la Reforma Educativa impulsada por el nuevo régimen.

Este grupo de maestros hace marchas y plantones que desquician el tránsito vehicular, y en las semanas previas al aniversario del día de la independencia nacional establecieron un campamento en El Zócalo, la principal plaza cívica de México.

El presidente Enrique Peña Nieto no iba a permitir que su primer Grito de la Independencia y desfile militar, 15 y 16 de septiembre respectivamente, no se efectuaran por estas protestas magisteriales. Y es así que se efectuó un violento desalojo. Violento sí, pero de parte de un grupo de infiltrados autodenominados “anarquistas”, que todo mundo sabe que son agentes provocadores enviados por el gobierno para reventar toda protesta social legítima.

Es indignante ver como los policías antimotines son enviados con un simple escudo a hacer frente a “anarquistas” que los atacan con piedras, cohetones y fuego. Poniendo en riesgo la vida de estos policías y, siendo los ataques que ellos sufren, auténticos intentos de asesinato.

Aún más indignante es saber que estos “anarquistas” salen de la cárcel tras pagar una fianza, que es bastante cara y que es obvio que se las pagan para que este grupo de choque esté listo para reventar la próxima protesta social.

Si es que existen verdaderos anarquistas ahí afuera, ya se deberían de desmarcar de estos pseudoanarquistas y abandonar este anacronismo teórico del anarquismo.

Volviendo al tema de los maestros, hoy ellos no decidieron si volver o no a ocupar El Zócalo, pero sí volvieron a marchar por las calles afectando a miles de personas.

Vi declaraciones de un juez del Tribunal Judicial del Distrito Federal diciendo que sus protestas serían vueltas a reprimir porque “nadie está por encima de la Ley.”

Este juez es un simple repetidor de lo que le adoctrinaron cuando era joven. Una Ley injusta no tiene por que ser acatada. En siglos pasados era la Ley que la gente negra podía ser esclavizada, algo injusto pero “era la Ley.” O más recientemente, en el nazismo “era la Ley” el mandar a judíos a campos de concentración.

Así que no se dejen adoctrinar con lo que nuestras autoridades les dicen.

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