viernes, 13 de mayo de 2016

Odiseo parte 21

Memo se aisla amargado. El día de hoy parece que casi todo el mundo en la universidad está contando sobre como van a festejar a sus madres mañana 10 de mayo; o que les van a regalar.

Incluso Fabián, que es muy sencillo y calmado, regresó del break con un juego de perfumes envuelto en celofán, y con un moño rojo, que compró en el Sanborn's del centro comercial junto a la escuela.

Esta fecha le trae muy dolorosos recuerdos. Él niño y, una tarde nublada, su mamá saliendo de la casa con una maleta, luego de una más de las constantes discusiones con el papá de Memo.

Y así nada más, ella dejó el hogar y su madre, solo se convirtió en una voz en el teléfono que, a veces le hablaba para preguntar por él.

Luego se convirtió en una señora exageradamente arreglada que, a veces, pasaba por él, para llevarlo a comprar ropa y juguetes.

Más grande tuvo que lidiar con el hecho de que su madre se había ahora juntado con otro hombre y que, ya tenía dos medias hermanas.

Su papá por su parte ya no se volvió a involucrar en una relación permanente.

A Memo se le quedó muy grabada una conversación entre su padre y su hermana, tía de Memo. Ella le preguntó sobre por qué no rehacía su vida. Y su padre le contestó:

"Ya tuve un hijo, mi apellido va a vivir al menos una generación más y, en eso, ya le cumplí a la vida.

Me quito de problemas derivados de un atamiento sentimental a una mujer, que de seguro ni siquiera sabe que quiere de la vida. También ya no tengo que jugar al marido proveedor que tiene que comprarle su casa y su camioneta.

Si tengo necesidades por calor femenino, pues, simplemente invito a salir a una de mis amigas del trabajo y san se acabó. ¡Soy libre!"

Memo, debido a esto, se hizo a la idea de que él no se va a casar, pero, a veces añora el tener una amiga, compañera, cómplice, amante...

Y se pregunta si, de encontrar a la mujer correcta él sentiría la necesidad de juntarse a ella por el resto de sus vidas.

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