miércoles, 24 de febrero de 2016

Odiseo parte 9

Alejandro tiene una vecinita muy agradable y simpática. No es su amiga; solo la saluda a ella y a su familia por cortesía al ser sus vecinos.

Ella es una quinceañera, que se ve mayor para sus años y Alejandro piensa que si él tuviera su misma edad, se aproximaría a ella, a hacerle amistad.

A veces coinciden, cuando Alejandro se va a clases en la tarde y ella, Sandra, su mamá la lleva a sus clases de guitarra, en la casa de la cultura.

Sale Sandra muy bonita y graciosa, llevando el gran estuche, golpeándolo, por accidente, contra todo, así parece: la puerta de su casa, la parte trasera del coche de su mamá, la puerta trasera, abierta, del coche.

"¡Buenas tardes!"

Alejandro la saluda a ella y a su mamá.

"Hola".

Sandra le responde con una sonrisa, y su voz tierna, muy agradable al oído. La madre solo se lo queda viendo, seria. Tal vez pensandolo un sátiro que pretende acercarse a su hija.

Y Alejandro se aleja caminando, hacia el Soriana, para tomar ahí su microbús que lo lleva a la universidad, así era, cuando no tenía auto.

Lo anterior es un ejemplo de la típica y única interacción que Alejandro solamente tiene con esta niña.

***

Desde hace unas semanas, Alejandro ha notado a una palomilla de cabroncillos, compañeros del colegio, la secundaria de Sandra, que le andan haciendo ronda a ella.

En las tardes, le ha tocado ver (observa sin ser visto desde la ventana de su cuarto) que llega un chamaco, flaco, con cara de caballo, en su carrito Audi, con llantas gordas y su música de tamborazos a todo volumen.

Lo acompañan otros tres pendejillos, igual que él y, ahí están en la banqueta, hasta que sale Sandra a platicar con ellos. Ella no los pasa a su casa; se escucha que estos escuincles gritan, se ríen exageradamente y, es todo lo que hacen.

Alejandro los considera muy poca cosa para Sandra, ella está en otro nivel para este mocoso, el del Audi, cuyo único mérito para aspirar a Sandra es el ser su compañero de clases.

***

Alejandro tuvo que ir a la papelería, en el centro comercial, a comprar un DVD-RW. Su vieja laptop ya no funciona óptimamente. El haberle aumentado la memoria RAM a dos gigabytes no resolvió la lentitud del equipo.

Desde entonces ha estado investigando y viendo vídeos en YouTube y, todos los entusiastas coinciden en que es el sistema operativo Windows el responsable del mal desempeñó de los equipos de cómputo.

Es por eso que descargó la imagen del sistema operativo Linux Mint 17.3 'sabor' Mate. Y va a hacer un DVD bootable para instalarlo desde ahí a su laptop.

Los tutoriales que ha visto en YouTube lo han llenado de entusiasmo. Este sistema operativo es permanentemente desarrollado y mantenido por entusiastas de alrededor del mundo.

El sistema operativo Linux fue creado bajo la filosofía de código abierto de distribución gratuita; y está enfocado a sacar el máximo provecho de equipos "viejo". Así mismo, cuanto dispositivo periférico, o interno, existe, es probado por la comunidad de entusiastas para que sea reconocido y funcione en Linux. Por lo que no es necesario instalar los drivers para Windows.

Solo conectas tu impresora, o instalas la tarjeta PCI adaptadora de WiFi, por ejemplo, y funcionan sin que tengas que hacer nada extra.

A Alejandro le preocupó la compatibilidad con programas desarrollados para el Windows y, así mismo investigando y viendo vídeos, aprendió que del Software Manager (es como la apps store en Android) del Linux se pueden descargar un par de herramientas gratuitas: el emulador de Windows: Wine; y otra que es mucho mejor, la Virtualbox, que permite emular una terminal para correr en ella al Windows y sus programas.

Y es por esto que Alejandro se halla en la papelería comprando un DVD R/W virgen.

***

Alejandro llega a la papelería, por fortuna la tarde está nublada, ya que de otro modo sería insoportable estar dentro de este local. Está lleno de jóvenes que desean sacar fotocopias.

Desde el momento en el que Alejandro entra, escucha a unos adolescentes que hablan a gritos y traen gran algarabía.

Alejandro voltea hacia éstos y descubre con enojo, que se trata de los mismos escuincles que andan rondando a Sandra.

Y lo que más lo enciende, la lenta comprensión acerca de lo que ellos hablan. El 'renacuajo' del Audi se está jactando:

"Está bien rica esta vieja, tiene un ¡culo! y sus ¡chichitas!"

Sus amigos se carcajean.

"La voy a llevar a Sandra a una tocada, ¡pero a la tocada de mi flauta!"

Sus amigos se carcajean.

"Vamos a salir el viernes, la voy a llevar al reve en la casa de Jorge, no están sus papás, y la voy a poner ¡bien peda! Luego de que me la coja, a lo mejor les doy chance a ustedes".

Sus amigos celebran y aullan como monos.

De un salto y atravesando a la gente ahí adentro, Alejandro ya está sobre el imbécil del Audi, ahorcándolo, cuando iba en el aire le gritó:

"¡NO TE ATREVERÁS! ¡IMBÉCIL!"

Alejandro se incorpora para patearlo repetidamente, antes de huir.

jueves, 18 de febrero de 2016

Odiseo parte 8

Es una tarde nublada y fría, el profesor Jesús, de álgebra booleana, llegó al aula y antes de que, siquiera pudieran todos terminar de sentarse les dijo esas palabras que a todo alumno dejan paralizado:

"Saquen unas hoja en blanco y, escriban su nombre en ella".

Examen sorpresa... ¡No mames! Más de uno habrá pensado eso.

El profesor Jesús anota seis problemas en el pizarrón.

Y lo clásico que hacen todos los profesores, en clase ves algo como:

A * 1 = A ó

A * 0 = 0

Pero en los exámenes te ponen problemas tipo:

(A+BC')' XOR (A'B+C)

Alejandro, quien sí es estudioso, está resolviendo su examen con éxito. Mónica, una muy bella joven, blanca, ojos verdes, cabello muy largo y castaño, con naricita y pecas, sentada detrás suyo, le pide insistentemente a él que levante su examen y se haga de lado para que ella pueda copiar sobre su hombro. Con la lección que tuvo con Elena, ya aprendió a no dejarse usar por las 'última coca cola del desierto'.

Solo escucha que Mónica murmura algo, de seguro nada bueno, y ella lo deja de molestar.

Con voz llena de hartazgo, el profesor Jesús solo les dice:

"No se copien, yo no los voy a castigar, su pena y vergüenza será el engaño que a ustedes mismos se hacen".

Es una postura buena por parte del profesor. Un verdadero maestro es un facilitador del aprendizaje, no un capataz presto a castigar la más mínima falta.

De repente, desde el fondo del aula se escucha ¡un estruendoso pedo! Todos salen corriendo del aula, ante esta maravillosa oportunidad de echar desmadre. Van gritando y haciendo gestos como si el salón hubiera sufrido un repentino ataque bacteriológico por parte de imaginarios militantes islámicos.

El profesor Jesús está muy enojado afuera del aula, gritándoles que regresen a continuar con el examen.

”¡HÉCTOR! ¡RENÉ! !MEMO! ¡REGRESEN AL SALÓN! ¡AHORA!"

El profesor está actuando como el capataz que Alejandro pensó que no debería ser.

Alejandro al entrar de regreso nota que Oscar, está llorando en su mesa. Todos han vuelto ya al aula, vociferando burlas y otros riéndose.

El profesor Jesús los llama al orden:

"HEY ¡BASTA! Una colitis es algo de lo que nadie está exento. Y todos nos hemos pedorreado. Así que ya dejen a su compañero en paz".

Al mismo tiempo que el profesor decía esto ya había compañeros consolando y demostrando sus simpatías a Oscar.

Alejandro recuerda un verso que su papá solía repetirle cuando era niño:

"Desde el rey, a la vaca, y hasta la más bonita muchacha, toditos dejan su bola de caca".

domingo, 14 de febrero de 2016

Odiseo parte 7

En la cafetería de la universidad suena la rockola, alguien seleccionó 'Radio Ga Ga' de Queen, al mismo tiempo que Alejandro llegaba.

Dentro, él puede ver, a sus amigos Memo, Fabián y René sentados en una mesa, muertos de risa por algo que están viendo en sus teléfonos y, en la barra ordenando él ve a Elena acompañada de un tipo con aspecto de 'mirrey', a Alejandro le vale...

Camina hasta sus amigos y, tomando una silla desocupada de otra mesa, se sienta con ellos.

"¿Qué hay?¿que hacen canijos?"

René ni puede hablar por las carcajadas que está soltando. Y Memo ya calmándose le contesta:

"Éste cabrón, René, nos está enseñando fotos de la vieja con la que salió este fin de semana".

"¡Mira!" Le dice Fabián pasándole su teléfono.

Alejandro puede ver en la imagen a una joven menuda, curvilínea y morena, abrazada de René y, el pinche René la tiene sujeta de las nalgas, están en un bosque, el Ajusco ¿tal vez? y en su rostro dibuja una sonrisa burlona y de victoria que le hizo a quien les tomó la foto.

"¡Ve esta foto wey!" Ahora René le dice y le pasa su teléfono. Es la misma joven, pero ahora en un antro, lleno de gente y de humo.

En la foto, la joven visiblemente tomada, está tratando de beber de ¿un micrófono? René repite lo que ya había contado, pero ahora lo narra para Alejandro.

"Yo estaba cantando en el karaoke, pero antes había puesto tan peda a esta vieja que, cuando le pasé el micrófono, ¡ella creyó era otra cerveza!"

Y una vez más sus tres amigos estallan en carcajadas.

"¡Cuéntale lo mejor wey!" Memo le pide a René.

"¡No otra vez! ¡Eso estuvo grueso!" Fabián interviene, y René aplacándolos, con gestos de las manos, se dirige a Alejandro:

"¡No mames! Les conté a estos cabrones que cuando ya la llevaba a esta vieja a su casa, ella vive en Echegaray, y ya íbamos a la altura de un vaso colector de aguas que ahí hay, ella me dice toda peda:"

"Quiiiero hacer pipii".

"Aguántate, ya estamos a minutos de tu casa; le contesté, pero ahora ella haciendo un berrinche me grita:"

"¡PÁRATE! ¡yaa no me aguantoo!"

"¡Ahí viene lo bueno!" Interviene Memo dirigiéndose a Alejandro. Y René continúa:

"Total que, como eran como las dos de la mañana que me orillo, me hubiera dado mucho asco que esa vieja se miara en mi coche; y ella se baja y ahí luego, luego, se baja el pantalón y los calzones, ni siquiera se fue lejos para que no la viera.

Yo volteé a otro lado por recato y que..."

René, Memo y Fabián estallan en carcajadas otra vez y, Alejandro, sin dirigirse a ninguno de ellos pregunta:

"¡Qué pasó!" René continúa:

"¡SE ECHÓ UN PEDOTE LA CABRONA!"

Estallan en carcajadas de nuevo y Alejandro, viéndolos, pregunta:

"¿Se cagó?" Y René le contesta, apenas pudiendo hablar, por la risa:

"¡No mames wey! ¡No me iba a bajar a ver, ¡Me vale madres! y ¡Que pinche asco!"

***

Ya más calmados y ahora comiendo unas sincronizadas que pidieron, acompañadas con su coca cola cada quien, Alejandro se muere de ganas por contarles lo que presenció el viernes en la tarde. Cosa que hace aprovechando los silencios obligados, mientras sus amigos mastican.

"Y ese cabrón, así nomás, los mató al par de muchachos. ¿Qué le pudieron haber dicho o hecho para que él los matara?"

Memo escucha todo esto muy pensativo, su mirada fija en su plato de sincronizadas sobre la mesa. Cuando Alejandro hace una larga pausa, indicativo de que él ya no tiene nada más que agregar. Memo les dice, con un tono de voz misterioso y solemne:

"Mi papá frecuentemente nos cuenta algo muy cabrón..."

"¿Sí? ¿Cómo qué?" Fabián le pregunta. Todos se quedan viendo a Memo, su curiosidad ya picada. Y Memo continúa:

"Mi papá cuando joven trabajó de auditor en la refinería de Salamanca y, debido a eso, hizo amistad con los choferes de las pipas que él revisaba. Una noche que estaba de guardia uno de los choferes se le acercó a hacerle plática.

Y así entre bromas y vaciladas sobre otros trabajadores de la refinería este chofer de repente se quedó callado y, le preguntó a mi papá que si le podía confiar algo personal que, le carcomía el corazón y el alma".

Ahora René le interrumpe:

"Y ¿qué cosa era wey? Nos tienes todos intrigados".

"Pues, cuando mi papá le contestó que sí confiara en él y que iba a ser discreto, el chofer le narró como una vez que iba sobre la carretera, fue rebasado por un volkswagen en el que iban dos mujeres jóvenes muy bonitas, blancas, cabello rubio, bien vestidas y que se veían económicamente holgadas.

Y que esto le provocó un coraje, una ira y rabia enceguecedoras porque, él jamás iba a poder aspirar a mujeres como ellas.

Este chofer le contó a mi papá que aceleró y las alcanzó en una curva excavada a través de una formación rocosa y que las impactó aventándolas contra la pared derecha. A continuación él se frenó y se echó en reversa para aplastarlas, digamos, tallarlas con la pipa contra las rocas, con movimientos de adelante hacia atrás.

Una vez que él satisfizo su arranque asesino se detuvo delante de lo que quedó del volkswagen y se bajó a verlas a las jóvenes.

La bestia esta le dijo a mi papá que quedó impresionado al verlas muertas, ensangrentadas. Dijo que jamás se le va a olvidar como, la joven que iba conduciendo tenía su brazo cercenado."

Memo termina con esta última observación su relato. Todos en la mesa están callados, debido a lo chocante que esta historia resultó. De seguro también les arruinó las ricas sincronizadas que acababan de comer.

Alejandro no duda, ni por un instante que esto en realidad sí sucedió. El ser humano es un animal cruel y despiadado.

domingo, 7 de febrero de 2016

Odiseo, parte 6

Alejandro tuvo que ir hasta la farmacia especializada, porque en la San Pablo no tenían unos cojines ortopédicos que su papá quiso ordenar telefónicamente, con entrega a domicilio.

En fin lo importante es que ya los compró y su mamá ya va a estar más cómoda en las noches.

El viene de regreso, manejando tranquilo, en el radio está escuchando música disco, transmitida por Radio Universal desde luego. Y en el espejo retrovisor nota que a la distancia, y pronta a alcanzarlo, se desarrolla una persecución.

A la bajada del puente que cruza el periférico, Alejandro tiene que detenerse en un semáforo; el tráfico de autos que ahora arrancan en dirección del periférico es muy pesado, cosa que obliga al Audi rojo que viene huyendo, a amarrarse para evitar chocar.

Este Audi rojo, tripulado por dos jovenes, muy angustiados, se detuvo adelante y a la derecha de Alejandro.

Inmediatamente, detrás del Audi, se detiene el auto que los persigue: un viejísimo, maltratado y sin placas, volkswagen Jetta. En la parte trasera, en vez de placa de tránsito, trae una placa de plástico de ¡cerveza corona!

De este vehículo desciende un hombre bajo de estatura, de complexión baja, ceño fruncido y el rostro empapado de sudor. ¿Sus ojos? Quién sabe, lleva unas oscuras gafas de sol. Este tipo camina rápidamente hacia el Audi de, los ahora, histéricos muchachos. Él lleva una pistola escuadra en su mano derecha...

El tipo se para frente al Audi y dispara dos veces, un tiro certero al pecho de cada joven. Regresa caminando de prisa a su viejo Jetta y arranca, perdiendose ágilmente en el tráfico que se dirige al periférico.

Alejandro está paralizado de miedo y por la impresión. Un grupo de peatones ya se arremolina entorno del Audi. Alejandro se adelanta y puede ver que el joven que iba conduciendo yace muerto, su cabeza recargada contra el cristal de su puerta, y el otro muchacho, igualmente muerto, descanca su cabeza sobre el hombro de ¿su amigo? ¿hermano?

Alejandro con las manos temblando y un frío, como puñalada en el pecho, arranca; ya estaba la luz verde desde hace tiempo.

Mientra conduce a casa reflexiona sobre que tipo de demonio humano se necesita ser para matar a dos jóvenes por un cerrón, unas burlas, o porque le tocaron el cláxon de cierta manera.

Le gustaría creer que todo se paga y que ese tipo va a tener su merecido. Pero él bien sabe que son solo deseos.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Odiseo parte 5

El reciente incidente con Elena, su interés amoroso de la preparatoria, lo ha dejado nostálgico a Alejandro. Hoy miércoles solo tuvo dos clases en la universidad y, a las once de la mañana se encuentra con el resto del día libre.

Se dirige a casa, desea instalar las nuevas fichas de memoria DIMM que compró para aumentar la RAM de su desktop, así como adelantar trabajos para las clases del viernes.

De regreso se encuentra conduciendo frente a la colonia donde vive Elena, y en la que también se halla su antigua preparatoria. Por impulso se desvía y se dirige hacia ésta.

Se estaciona una calle antes y en la puerta de entrada aún está el agresivo y malhumorado Tomás, el vigilante, quien ya no lo recuerda. Sin duda también los profesores lo deben de haber olvidado ya, o apenas y lo recuerdan.

"¿QUÉ QUIERES?" Tomás le pregunta golpeado. "Soy exalumno y, vengo a solicitar un certificado de buena conducta".

Alejandro dice esta mentira para justificar su presencia en la prepa.

"DEJAME TU IFE Y ANÓTATE EN LA LISTA DE VISITANTES, Y EL NOMBRE DE LA PERSONA A LA QUE VAS IR A VER".

Alejandro se registra y toma del cuaderno de registro el maltratado gafete que Tomás arrojó de mala gana.

"Gracias, con permiso".

Alejandro, algo intimidado, sube por el camino en pendiente hacia los edificios de la escuela.

La vida en la preparatoria es la misma, pero con actores diferentes; como en su tiempo, hay alumnos sentados en las escaleras, en las jardineras, ve a un grupo platicando contra el barandal al final de la planta alta. Las mismas escenas que él vivía cuando aquí estudiaba.

De la cafetería sale incluso la misma música. Alejandro pasa frente a un nuevo edificio, ve a una docena de chiquillos corriendo. ¡Pusieron un kinder!

Él continúa hasta alcanzar, al fondo, el laboratorio de química. Y ahí, una sorpresa agradable, ve a su maestra de química, "la uvita" así la apodaban los canijos de su clase.

Ella está sola, calificando unos reportes de pruebas de laboratorio.

"¡Maestra Evangelina! ¿Cómo está? ¿Me recuerda?"

"¿Alejandro? ¡Eres Alejandro!"

La voz de la profesora Evangelina es de un tono muy bajo y ella siempre tiene un rostro de introspección.

"¿Qué estás haciendo por aquí? Supongo veniste por nostalgia. Ustedes los ex-alumnos siempre lo hacen".

Alejandro se siente apenado de ser descubierto en su motivo, y por ser tan transparente. La profesora agrega:

"No hace mucho también estuvo Antonio por aquí". Y ella agrega:

"Qué me cuentas? ¿qué has hecho de tu vida?"

"Estoy estudiando Telemática en la UVM".

"¡Muy bien Alejandro! ¡Te felicito! La computación tiene aplicación en todo; cualquier área laboral hace uso de sistemas de información y, es muy bien pagado el experto en informática".

"Sí maestra, en efecto así es".

"Échale muchas ganas Alejandro, me da gusto por ti".

Durante este intercambio, los ojos de Alejandro se fijaron en un artefacto que uno puede comprar en una tienda de novedades, y que la profesora Evangelina tiene en su laboratorio, de seguro para explicar gráficamente el movimiento y la transferencia de energía:

Son esferas, en línea, sujetas por cables de un marco. Si tú tomas cualquier esfera de un extremo y la sueltas para que golpee la esfera contigua, verás que la esfera del otro extremo se desplazará.

Ahora Alejandro pone a la práctica eso precisamente, toma una esfera y la golpea contra su vecina, y observa como ambas esferas en los extremos resultan desplazadas, hasta que la fricción y la pérdida de energía las hace detenerse.

"Deja mis esferitas, no me las maltrates".

"Perdón profesora, pero es que, me intriga qué es lo que hace que esto funcione".

La profesora Evangelina le contesta, con su versión de la explicación:

"Pues, la bolita choca, se transfiere la energía cinética a través de las contiguas, mismas que al estar unidas experimentan resistencia al movimiento, permaneciendo inmóviles y, la última bolita al estar libre, resulta desplazada".

"Pero, ¿qué es lo que se transfiere? ¿hay quanta de energía que son transferidos? ¿pueden saltar de una bolita a otra, o solo se transmiten por contacto físico de las esferas? ¿se puede ver esta energía cinética? ¿la podemos almacenar? ¿mientras esta energía actúa sobre las esferitas, se disipa en forma de calor, parte de ella? ¿podemos registrar este incremento de temperatura?"

La profesora Evangelina queda transfigurada al darse cuenta que ella nunca se había preguntado esto y que solo repetía mecánicamente un experimento del que ella ya sabía el aburrido resultado de las bolitas a los extremos siendo desplazadas.