jueves, 10 de octubre de 2013

Moño rosa

La campaña del moño rosa contra el cáncer de mama me molesta porque es mediática y no ataca la raíz del problema.

Es como si en un vencidario donde niños son constantemente atropellados por tráilers se hiciera una campaña contra el niño atropellado en vez de averiguar y evitar por qué niños y tráilers coinciden constantemente en el mismo lugar espacio-temporal.

Grasas, aditivos, metales, plásticos BPA, emuladores del estrógeno (en plásticos, productos de higiene, alimentos, estos afeminizan a los hombres y desencadenan cáncer de mama en mujeres) contaminación ambiental, vacunas contaminadas con virus del cáncer (el centro para el control de enfermedades de los Estados Unidos reconoce que 98 millones de estadounidenses se vieron expuestos a la vacuna contra la polio contaminada con el virus Simian Virus 40 (SV40)), tabaco y un largo etcétera son agentes cancerígenos.

Pero gobiernos, y medios, protegen intereses de industrias y todo lo reducen a una simplona campaña de autoexploración, un moño rosa e imponer el uso de color rosa entre hombres (más afeminamiento del hombre.)

Y lo que es un problema de negligencia y envenenamiento, en el caso de los emuladores del estrógeno, “políticamente correcto” lo resuelven asociandolo a la “homofobia” y las “preferencias”, y te tachan de homofóbico por exponerlo. Le pasó al presidente de Bolivia hace unos años cuando lo denunció y, el lobby gay se le fue encima.

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