jueves, 26 de septiembre de 2013

Plaga humana



Debemos de comenzar a pensar seriamente en poner un freno al crecimiento desmedido de la población humana. Este es un tema delicado, ya que cualquier restricción significa imposición y autoritarismo, pero lo que está en juego es el futuro de la biósfera y de las especies animales y vegetales que en ella habitan.

El hombre crece a expensas de otras formas de vida, sin ningún respeto ni consideración a especies inteligentes y conscientes, y que sufren por nuestra crueldad, y a las que, para lavar nuestra culpa, las llamamos “formas de vida inferiores.”

Quienquiera tenga un perro podrá atestiguar que tras esa mirada hay inteligencia y sentimientos; por citar tan sólo un ejemplo de una de tantas especies no humanas inteligentes.

La Agenda 21 de las Naciones Unidas (denunciada esta agenda como un instrumento del Nuevo Orden Mundial) propone crear grandes áreas de reservas naturales y reubicar y confinar a los seres humanos a pequeñas zonas urbanas confinadas. La gente para viajar necesitará de salvoconductos. La natalidad estará controlada y así la población se reducirá a un nivel que no signifique una carga para los ecosistemas terrestres. También se establece el uso de energías limpias.

Nuestra alegre y descuidada civilización necesita ser controlada, crecemos y nos comportamos como una plaga que consume todos los recursos y a final de cuentas terminaremos muriendo al ya no poder subsistir.

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